Libreta hecha a mano con papel de algodón reciclado y encuadernación de estilo japonés con cien páginas de color crema rayadas en su interior. Se trata de una encuadernación en la que destaca la ausencia de lomo, ya que las hojas y las tapas se cosen entre sí.
En la cubierta, encontramos la frase del escritor Henry David Thoreau, estampada en color verde:
"El mundo no es sino un lienzo
para nuestra imaginación."
Según Thoreau, podemos tomar nuestros sueños y llevarlos al mundo real, hacerlos tangibles para que otros puedan verlos, oírlos o tocarlos. Esta libreta puede ser un lienzo fantástico donde poder plasmarlos.
Hecho en Estados Unidos.
Medidas: 19,7 cm x 14,5 cm
Henry David Thoreau (1817-1862):
Ha pasado a la historia como uno de los mejores escritores de Estados Unidos, pero también destacó como poeta, filósofo, ensayista, autobiógrafo, diarista, traductor, escritor, abolicionista, autor, naturalista, ecólogo y ambientalista.
Contribuyó al movimiento literario y filosófico estadounidense conocido como trascendentalismo de Nueva Inglaterra, tal y como plasmó en su obra maestra, Walden (1854), y por haber sido un vigoroso defensor de las libertades civiles, como se evidencia en el ensayo "Desobediencia civil" (1849).
En sus obras, el filósofo destaca por no resignarse ante la injusticia y ahondar en la relación del ser humano con la naturaleza, convirtiéndose en el padre de la ética ambiental moderna.
Thoreau falleció a los cuarenta y cuatro años a consecuencia de una tuberculosis. Su maestro, Ralph Waldo Emerson, pronunció unas palabras que resumen parte de su forma de ser, de su actitud frente a la vida y reflejan que fue muy querido por parte de sus coetáneos:
"Había en su naturaleza algo de militar y de irreductible, siempre viril, siempre apto, pero rara vez tierno, como si no se sintiera bien más que en desacuerdo. Necesitaba alguna mentira que denunciar, alguna tontería que poner en la picota, un cierto aire de victoria, un redoble de tambor para desplegar plenamente sus facultades… Su alma estaba hecha para la más noble de las comunidades. Donde exista conocimiento, donde haya virtud, en donde exista la belleza, allí tiene Thoreau su propia casa… El país no sabe todavía, ni en lo más mínimo, qué grande es el hijo que ha perdido."